El científico alemán Franz Adlkofer, el cancerólogo francés Dominique Belpomme, su colega sueco Lennart Hardell y el investigador del departamento de neurociencias del Karolinska Institute de Suecia, Olle Johansson, han declarado en el coloquio "los retos sanitarios de las tecnologías sin hilo", organizado en el Senado, que las tecnologías sin hilo podrían ser a la larga causantes de un grave problema de salud pública.
Dijeron que "la observación clínica de numerosas investigaciones toxicológicas y biológicas y ciertos estudios epidemiológicos demuestra los efectos de los campos electromagnéticos sobre nuestra salud". Añadieron que un buen número de pacientes ya se han vuelto intolerantes a los campos magnéticos generados por las tecnologías sin cables, sin que se puedan excluir evoluciones hacia enfermedades degenerativas del sistema nervioso o algunos tipos de cáncer.
También mencionaron varios estudios en los que se hacía mención de los efectos nocivos de las tecnologías inalámbricas tanto en el cerebro como en el propio ADN, si bien también han mencionado que otros no demuestran estos efectos. En cualquier caso, insistieron en que las normas de protección vigentes son insuficientes para paliar los efectos a la larga.
La Academia Nacional de Medicina insiste en que las antenas de telefonía móvil no suponen riesgo alguno para la salud, aunque en Francia ya han decidido retirar algunas... por si a caso.
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