Dejando de lado el debate sobre si el triple canal es necesario o si la vuelta al doble que acarreará Lynnfield será suficiente para alimentar los actuales procesadores de Intel, en Tom's Hardware abordan la más inmediata diatriba sobre la importancia de la velocidad y los tiempos de la memoria DDR3 a la hora de montar un ordenador con el Core i7.
Los precios de un buen kit de 3x2GB (como los que analizan en el artículo) han bajado considerablemente desde que apareciese el procesador a finales del año pasado, pero de todas maneras siempre podemos ahorrarnos unos euros si podemos ajustar la compra a nuestras expectativas.
De las muchas pruebas que realizan en el artículo, nos centraremos en aquellas que muestran alguna ganancia significativa por la mera mejora en el subsistema de memoria:
Para empezar, algo poco sorprendente, la clara diferencia en el ancho de banda que nos proporciona aumentar la velocidad (básicamente) desde DDR3 800 hasta 1600; prácticamente el doble.
Para continuar, una aplicación que tradicionalmente pone de relieve cualquier ajuste en la memoria, tanto de la velocidad como en los tiempos: un compresor de archivos.
Y para acabar, la única aplicación digamos... "real", que se beneficia del aumento de la velocidad (especialmente hasta llegar a 1066) y sobre todo de la reducción en los tiempos de acceso: un juego. Por cierto la VGA es una GTX 260-216.
Enlace: Tom's Hardware.
No hay comentarios:
Publicar un comentario