domingo, 31 de mayo de 2009

Siete consolas que fracasaron

Seguro que más de uno las recuerda. Algunas de ellas eran consolas que, quizá por estar muy adelantadas a su tiempo, su elevado precio o su escasa distribución o catálogo de juegos fracasaron o no tuvieron el éxito esperado.

Dentro de la categoría de precios elevados está sin duda la Neo-Geo, especialmente en su versión cartucho, con juegos que llegaban a costar en España hasta 90.000 pesetas en su momento y la consola sobre las 100.000 pesetas. Con todo, ofrecía una calidad que superaba y por mucho a la que podían ofrecer los sistemas de 16bits, ya que recordemos la Neo-Geo era básicamente una maquina de 24 bits con un potencial 2D y para manejar sprites bestial. Era sin duda una buena consola y hoy en día una pieza de coleccionista muy buscada, pero vender en los 90 una consola por 100.000 pesetas era una locura.

Avanzando un poco en el tiempo, encontramos un enorme fiasco, la Atari Jaguar, una consola que, en teoría, era de 64 bit, pero que supuso el cierre definitivo de Atari. Escaso catálogo de juegos, mala calidad de sus títulos en comparación a los de otros sistemas que estaban por venir y poco apoyo por parte de compañías de desarrollo. Como dato adicional sobre las dudas de su potencia real, solo tenéis que echar un ojo a su versión de Doom y saldréis de dudas.

Entrado ya en el siglo XXI, tenemos la N-Gage, teléfono y consola todo en uno. La idea no fue mala y hasta tenía calidad, pero no podía competir en catálogo con Game Boy Advance, su rival por aquella época.

Retrocediendo de nuevo en el tiempo, encontramos el Virtual Boy de Nintendo. Surgió con la idea de ser portátil y el mando ya apuntaba a los actuales de Nintendo, pero fue un verdadero fracaso. Necesitaba ocho pilas para ofrecer alrededor de 30 minutos de juego, y ofrecía gráficos en 3D en colores que podían hacer que tus ojos sangraran en pocos segundos.

Seguimos en los 90. Siempre me ha gustado SEGA, pero el Mega CD (Sega CD en tierras americanas) tuvo un bombo y platillo innecesario e irreal respecto a sus posibilidades. Si bien la calidad de sonido que ofrecía era maravillosa, las promesas gráficas quedaron en juegos lineales y gráficos pixelados.

Saltamos de nuevo al mercado portátil de los 90. Game Gear ofrecía pantalla a color y juegos de una calidad similar a los de la Master System, es decir, era superior a Game Boy técnicamente, pero no consiguió derrotarla. Tuvo hasta un sintonizador de televisión, e incluso consiguió vender más de diez millones de unidades, pero su precio y la duración de las 6 pilas que necesitaba, y que apenas llegaban a un 1/3 de la duración de 4 pilas en Game Boy, hizo que finalmente la Game Boy saliera victoriosa.

Por último, a finales de los 80 y principios de los 90 llega TurboGrafx-16, una consola de 16 bit. Llegó a tener una relativa aceptación en países como Estados Unidos, ofreciendo un formato de juegos parecido a una mini SD pero algo mayor en tamaño en lugar del cartucho, y una calidad gráfica superior a la de NES y Master System. Finalmente, con la llegada de Mega Drive, terminó por desaparecer... Quizá ahí falte la Lynx también.

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