La víctima es Russell Wortley, miembro del parlamento del sur de Australia, quien ha recibido la escalofriante factura de 10.000 AUD (unos 6.987 euros) como consecuencia de las descargas de juegos de fútbol que, sin permiso, realizó su hijo.
Las facturas normales de Russell rondaban los 200 AUD (dólares australianos), pero las descargas de su hijo de 13 aumentaron la factura enormemente. Con todo, los juegos descargados por su hijo son gratuitos y el iPhone puede descargar estas aplicaciones, pero parece que el problema está en el plan de telefonía que tenía Russell, ya que no lo permitía.
Con todo, Russell alegó que hay algo poco fiable en el sistema de facturación, puesto que cargaron a su hijo 4.000 AUD por jugar a un juego durante una hora. Ya ha planteado una queja ante el Ministro de Comunicaciones Stephen Conroy, quien dijo que se hará cargo del asunto junto a la Asociación Australiana de Telecomunicaciones Móvil (AMTA).
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