El gigante de las búsquedas prefiere pagar los impuestos en países como Irlanda, donde las ventajas fiscales son mayores. En cuanto a las ventas registradas por las búsquedas en nuestro país, la compañía sólo paga un 5,1% a Hacienda, lo que son 11 millones de un total de 227 millones de facturación asociada a la publicidad que fue generada en España.
Google no desglosa por países, si no que redirige el pago de impuestos a otros países donde le conviene, fiscalmente hablando, aunque lo que facture sea o no de un determinado país. Esto es una consecuencia de la globalización y el vacío legal cuando se opera en Internet. Todavía no sabemos si Hacienda se pronunciará al respecto, o si tiene herramientas para obligar a Google a facturar en nuestro país lo que genere.
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