Aunque poco a poco van saliendo discos duros externos con el nuevo puerto USB 3.0, realmente se han visto pocos pendrives que usen esta conexión, y la razón parece estar en el calor generado.
Según Lars-Göran Nilsson de SemiAccurate, parece ser que los controladores de memoria de los pendrives USB 3.0 tienden a sobrecalentarse cuando se empaquetan en tamaños tan pequeños como los de estos dispositivos.
Las soluciones que Nilsson aporta son rebajar la velocidad de reloj de estos controladores para que éste funcione más lento a cambio de hacerlo un poco más fresco o, mejor, cambiar el encapsulado de plástico por uno metálico que disipa mejor.
De todos modos, ambas opciones no parecen óptimas a largo plazo, ya que una lastraría el rendimiento en un bus que precisamente se jacta de ser muy rápido, y la otra haría que los precios subiesen bastante; así que seguramente tendremos que esperar a que se lancen controladores que hagan un gasto energético mejor sin bajar el rendimiento.
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